Bucear en Costa Rica es un experiencia diferente en comparación con otros destinos tradicionales, por la vasta cantidad de plankton y otros organismos vivientes encontrados en sus aguas marinas.
En el Océano Pacífico hay una asombrosa cantidad de vida que no encontrará en ningún otro lugar del mundo. La visibilidad va desde un 30% hasta el 100% y la temperatura de las aguas es de 80F˚ promedio.
Las aguas costeras del noroeste de Guanacaste ofrecen una espectacular diversidad, desde una pequeña y fluorescente damisela hasta una manta gigante.
Guanacaste es un excelente destino de surf, con reconocimiento internacional.
Sus temperaturas tropicales, aguas cálidas y buenas brisas hacen de sus playas lugares con condiciones perfectas para este deporte durante todo el año, siendo los mejores meses durante la temporada de lluvia que es cuando se forman las olas más grandes. Ofrece opciones para principiantes y experimentados.
Entre las playas más famosas está Tamarindo, sus “surf spots” son de renombre mundial, lo mismo que Roca Bruja "Witch's Rock", en el Parque Nacional Santa Rosa, y Potrero, más conocida como "Ollie's Point".
Guanacaste es un excelente destino para la pesca deportiva.
Sus aguas cálidas son propicias para una gran cantidad de fauna marina.
Playa Flamingo es el más importante centro de pesca deportiva en el Pacífico Norte pero los botes también salen cerca de Playas del Coco, Tamarindo, Ocotal, Potrero, Brasilito y algunos puntos intermedios.
Un poco más abajo, algunas embarcaciones navegan hacia Cabo Blanco, saliendo de Nosara, Garza, Sámara y Carrillo, una región muy protegida de los vientos que normalmente soplan desde diciembre hasta abril en el Pacífico Central.
Los viajeros de aventura pueden encontrar en Guanacaste decenas de opciones para tours de canopy, los cuales permiten a los turistas deslizarse sobre las copas de los árboles, junto a una cascada, sobre un río o por el medio de cañones en la montaña.
Varias reservas biológicas cuentan también con plataformas en las copas de grandes árboles en las que la gente es izada.
Una reserva privada incluso tiene una pequeña habitación de hotel construida en la copa de un árbol, para aquellos que quieran pasar una noche en las alturas.
